Partiendo de estos datos entendemos que un modelo de prevención que enfatice en la identificación temprana, evaluación y tratamiento multidisciplinario de estos estudiantes redundará en una disminución significativa de la incidencia de la deserción escolar, provocando a su vez una disminución en el índice de criminalidad de nuestro país.
Nuestra meta es romper este ciclo, interviniendo a tiempo para ayudar a los estudiantes y sus padres a conocer, entender y poder trabajar con esta situación para que los estudiantes puedan lograr su mayor potencial. Para determinar las necesidades específicas de cada niño/a, los profesionales de la salud juegan un papel primordial ya que sobre sus hombros recae la responsabilidad de realizar algunos de los diagnósticos que harán elegible al niño/a para recibir los servicios de educación especial. Estudios han revelado que los niños que han recibido enseñanza individualizada y tratamiento en las áreas de necesidades identificadas han mejorado dramáticamente su aprovechamiento académico lo que a su vez ha tenido un impacto en la baja de actividades delictivas.
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